Acercamiento a María Julia Quiñónez Ydígoras,
apodada Maciste, mujer que vivió en un país de gente burlona, bajita y
machista.
Por Juan Carlos Lemus
Alta, de mucho peso, pistola al cinto, pantalón y botas
militares, a María Julia Quiñónez Ydígoras (Retalhuleu, Guatemala, 1902-1962)
se le atribuye la composición de la Máter Dolorosa, un hermoso himno al flagelo
que solo pudo manar de un ser con profunda sustancia religiosa, propia de los
más sensibles creadores de marchas fúnebres.
Es posible que doña
Julia haya sufrido el medir casi dos metros de estatura en un país de gente
bajita, burlona, machista y refundida en la última comarca de las libertades
mundiales. Guatemala, el país de las maravillas...
Su autodefensa fue, sin duda, la de volverse áspera y
temida. Algunos dicen que tenía cara de pocos amigos.
Según la revista estadounidense Time, del 15 de mayo de
1944, Quiñónez medía 6 pies 7 pulgadas —más de dos metros—, pero recordemos que
esa revista no es precisamente un ejemplo de objetividad, sino en ocasiones un
documento tendencioso, mas la citamos porque es la única publicación que se
anima a dar una cifra. El caso es que era alta. Así la recuerdan quienes hoy
son mayores y alguna vez la vieron caminar por las calles de la zona 1, donde
vivió hasta su muerte. La apodaban Maciste.
Sabido es que muchos guatemaltecos se aficionan a poner
apodos. Sobre este punto, antes de explicar por qué la llamaban Maciste, habrá
que añadir que su aspecto varonil y conducta hacían que luciera distinta. La Maciste recibió ese apodo porque su gran
estatura física la asemejaba —según quien se lo haya puesto— con un personaje
del cine péplum parecido a Hércules, de fuerza sobrehumana.
Desde joven se abrió campo en la administración pública. Todo
surgió cuando conoció al jefe político de Retalhuleu, coronel Jorge Ubico, a
quien acudió por obligación, pues su abuelo materno presentó una queja en
contra de ella. Ya para entonces, Ubico tenía fama de prepotente patrón de sus
territorios; sin embargo, le agradó que la joven, lejos de acobardarse, habló
con franqueza contra su querellante. El resultado fue que Ubico resolvió el
caso a favor de ella, que desde ese momento fue su incondicional.
Para que nos formemos una idea de la situación de la mujer
en esa época, revisamos lo escrito en el libro En el trazo de mujeres (Armar
Editores, 2007), de Ana Patricia Borrayo, quien asegura que para 1897 solo se
habían graduado seis comadronas; en 1919, una licenciada en Farmacia; en 1927,
una abogada y notaria; en 1942, una médica y cirujana, y en 1943, una
licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales.
De manera que tener cargos administrativos relevantes, andar
armada por las calles, ser brazo derecho de Ubico y, posteriormente, ministra
de Educación Pública y secretaria particular del presidente Ydígoras, fue algo
extraordinario y espinoso, seguramente, en los años de 1920 a 1962.
Los muy escasos datos escritos sobre ella están repartidos,
con más o menos el mismo contenido, en el Diccionario General de Guatemala, de
Carlos C. Haeussler Yela; el Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala y
algunos recortes de prensa; ni siquiera hay datos disponibles en la biblioteca
del Congreso, que le concedió una de las más de 700 órdenes del Quetzal que
repartió Ydígoras Fuentes durante su gobierno.
Así que lo más valioso es la historia reconstruida por
personas que la conocieron, o que alguna vez la vieron. Por ejemplo, doña Aura
Enma Mendoza era muy niña cuando la veía, pues era amiga de la infancia de su
padre, don Daniel Mendoza Morales. La recuerda como una mujer seria y de gran
temple. Cuenta que, en una ocasión, su padre recibió una llamada para que se
presentara en la Casa Presidencial, durante el gobierno de Ubico. Cuando llegó,
temeroso porque no sabía para qué lo habían citado, fue recibido por su amiga
Julia, quien lo tomó de las muñecas, a él, un hombre bajo, y comenzó a darle
vueltas como se hace con los niños. Lo habían llamado para darle un puesto como
asesor del presidente.
Esa escena nos obliga a reproducir algo más descrito por la
revista Time, aunque parece desproporcionado; leamos: “Una vez golpeó (la
Maciste) a Manuel Cubos Batres (sic), quien era apodado el Reloj, porque solía
pedir un minuto de silencio para protestar por alguna causa digna. Cuando pidió
el minuto de silencio contra Ubico, la Maciste lo esperó en un parque, lo puso
sobre sus rodillas y le gritó: “¡Ahora vas a dejar de ser el Reloj!”, dándole
nalgadas y avergonzándolo. El Reloj fue silenciado para siempre”.
Tal aseveración raya en lo grotesco, acaso en la calumnia,
al referirse a Manuel Cobos Batres (1878-1953), miembro fundador del Partido
Unionista y personaje político relevante, que difícilmente sería silenciado por
las nalgadas recibidas sobre las rodillas de una persona en un parque público.
Veamos otro recuerdo de su apariencia: Gerardo Gordillo
Barrios, quien fue ministro de Educación y, posteriormente, de Trabajo en el
gobierno de Juan José Arévalo, además de presidente del Congreso, recibía a
mucha gente en su casa, en la finca Altaloma, zona 16, cada 1 de noviembre o
para el Año Nuevo. Su esposa era de Zacapa, por lo que llegaban muchos que se
involucraron en el partido de extrema derecha MLN. Una vez llegó Julia
Quiñónez, vestida como hombre: con sombrero, una chaqueta de cuero y
pantalones, y con dos muchachas jóvenes. Así lo recuerda el hoy doctor en
Historia Enrique Gordillo, sobrino de don Gerardo.
Además de Maciste, la apodaban Coronela y Caballón de Ubico.
Ella lo sabía, pero no había quién se atreviera a decírselo de frente. Pese a
ello, así como los cachorros hambrientos corren tras un buen nudo de
salchichas, los niños seguían a esta mujer por las calles, riéndose de ella.
Pero un día los esperó, los insultó y los apaleó. Al menos así lo dice —citamos
de nuevo— Time: “En una ocasión, unos niños la siguieron por la calle,
burlándose de su gran estatura. Ella se quedó un rato esperándolos y luego
comenzó a azotarlos. Tan famosas fueron esas palizas, que las madres
guatemaltecas todavía asustan a sus hijos con la amenaza de llamar a la Maciste
(cuando se portan mal)”.
Es muy probable que su paso firme, su pistola y presencia
infundieran miedo. Se sabe que tuvo un hijo, Boris Arévalo Quiñónez.
Su marcha fúnebre Máter Dolorosa es lacerante, desgarradora,
acaso autobiográfica de una madre vigorosa y triste al mismo tiempo. O quizás,
una mujer altamente religiosa, pero en ambos casos, un ser sensible que viaja
enfundado en un cuerpo macizo. En todo caso, Julia Quiñónez fue un ser humano
que hoy podemos recordar con respeto, con admiración y con gratitud, pues
compuso una de las marchas más hermosas con las que contamos en la historia
musical de nuestro país.
Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la ciudad y director del
Museo de Historia, recuerda que la Máter Dolorosa es la marcha fúnebre oficial
de Jesús de San José, para el Domingo de Ramos, y que cuando acudían las
personas a escucharla decían que asistían “al macistazo”, en alusión a la
Maciste, pues cuando iban a escuchar una marcha fúnebre de Chopin, decían que
asistían al chopanazo.
María Julia Quiñónez pudo ser violenta o apacible; es
difícil adjetivar un carácter amparado en testimonios orales. Lo cierto es que
su balance de compositora de una hermosa marcha fúnebre, su pistola y botas, su vida en general tiene aspectos que roban el aliento. La estatura no
necesariamente refleja el interior del ser humano. Sócrates, por ejemplo, luce
feo en boca de Alcibíades quien entra borracho en el banquete, y feo se supone
también a Esopo, según los cánones
griegos, pero de notoria belleza interior y de grandes virtudes.
Se necesita dulzura y sustancia eterna para escribir la
Máter Dolorosa. Tampoco una gran estatura implica gran sensibilidad ni gran
inteligencia; es más, la belleza, según quien la mire, se encuentra en las maravillosas manos del pequeño rengo Toulouse-Lautrec.
----------------------
Algo más
María Julia Quiñónez Ydígoras, apodada la Maciste, fue agricultora, chofer de Jorge Ubico, jefa de su campaña presidencial en 1926, y desempeñó diversos cargos, entre ellos, la Jefatura de la Proveeduría Escolar.
Era prima del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, quien le dio los cargos de directora general de Compras de la Nación, ministra de Educación Pública y su secretaria particular.
Nació en 1902 y falleció el 13 de noviembre de 1962, a los 60 años de edad. Ese año fue condecorada con la gran Cruz de la Orden del Quetzal y Santa Brígida.
Se le atribuye la autoría de la Máter Dolorosa, marcha fúnebre oficial de Jesús de San José, el Domingo de Ramos.
Algo más
María Julia Quiñónez Ydígoras, apodada la Maciste, fue agricultora, chofer de Jorge Ubico, jefa de su campaña presidencial en 1926, y desempeñó diversos cargos, entre ellos, la Jefatura de la Proveeduría Escolar.
Era prima del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, quien le dio los cargos de directora general de Compras de la Nación, ministra de Educación Pública y su secretaria particular.
Nació en 1902 y falleció el 13 de noviembre de 1962, a los 60 años de edad. Ese año fue condecorada con la gran Cruz de la Orden del Quetzal y Santa Brígida.
Se le atribuye la autoría de la Máter Dolorosa, marcha fúnebre oficial de Jesús de San José, el Domingo de Ramos.
Enviar por correo
electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Personajes
Felicitaciones por su artículo; comparto su opinión, por que
pienso que el ser humano no se juzga por su religión, indole sexual,
pensamiento político y aspecto físico, si no por sus echos, buenos o malos, y
si fué una mujer de caracter, hizo mas de lo que an hecho los funcionarios de
los últimos tiempos.
Luis Alfredo Blanco, didepa@gmail.com
Luis Alfredo Blanco, didepa@gmail.com
saludos, Luis Alfredo
gracias por su comentario y coincido con usted: fue una gran mujer, sensible y muy importante para el país.
gracias por su comentario y coincido con usted: fue una gran mujer, sensible y muy importante para el país.
Anónimo31
de enero de 2014, 18:45
Curiosamente me encuentro con que la dama en cuestión era
artista. Mi acercamiento a la red fue por declaraciones de viejos amigos
(literalmente) que mencionaron que ella era una mujer que torturaba sin
escrúpulos. Algún dato sobre esto?
Quisierea preguntarle si la marcha Mater Dolorasa fues
escrita para la procesion de San Jose y de ser a si fue la señora Quiñones la
que entrego la marcha a la asociacion o ellos la adoptaron como marcha oficial
y por ultimo en que año se estreno en el cortejo procesional de San Jose,
gracias
Sin la Señora Julia Quiñones, no habria Salida del Señor de
San jose, Domingo de Ramos. Esa marcha nos lleva sentimientos encontrados que
todos hemos vivido, una perdida, o la dicha de un nuevo ser, en donde este la
Señora Julia Quiñones, Mil gracias por habernos dejado esa Marcha, no hay
Semana Santa sin esta Peculiar Marcha (MATER DOLOROSA)..
Sin la Señora Julia Quiñones, no habria Salida del Señor de
San jose, Domingo de Ramos. Esa marcha nos lleva sentimientos encontrados que
todos hemos vivido, una perdida, o la dicha de un nuevo ser, en donde este la
Señora Julia Quiñones, Mil gracias por habernos dejado esa Marcha, no hay
Semana Santa sin esta Peculiar Marcha (MATER DOLOROSA)..
Anónimo15
de marzo de 2013, 13:02
Simplemente extraordinaria marcha que a quien no a arrancado
un par de lagrimas por su inmenso contenido.
Anónimo15
de mayo de 2013, 2:42
Muy Interesante, vine a dar aqui por querer saber mas de la
autora de la tan hermosa "Mater Dolorosa"..
Anónimo4
de marzo de 2014, 18:39
Luis Alfredo al leer esta reseña histórica sobre mi
bisabuela La Maciste entendí mucho sobre mi carácter ..Soy una mujer fuerte,
aguerrida, con miedos y fortalezas que nadie entiende, ahora comprendo por qué.
Gracias por haber escrito sobre mi bisabuela, ahora entiendo por qué soy lo que
he llegado a ser, María Fernanda Arévalo Rodríguez, hija de Boris Arévalo!!!!
María Fernanda Arévalo Rodríguez mucho gusto en saludarte..
Julia Quiñonez fue mi tía bisabuela, es un gusto encontrarme de alguna forma
con parte de mi familia, mi abuela fue Leonor Quiñonez sobrina de doña Julia..
aunque me hubiese gustado mucho conocerla en persona, con este artículo también
llegué a conocerla un poco más. Un saludo y de repente nos topamos por ahi.. =)
Anónimo14
de marzo de 2015, 20:37
Otra historia no oficial sobre la marcha nos cuenta que ella
no es la autora, según dicen ella la hizo publica bajo su nombre. Saludando con
sombrero ajeno. Respecto a su relación laboral con Ubico, le decían también la
"conseguidora" por conseguir jovencitas que se antojaban al
presidente, bajo engaños.