martes, 30 de agosto de 2016

La Máter Dolorosa/ La Maciste en el país de las maravillas/Personajes chapines

Personajes Chapines:

Acercamiento a María Julia Quiñónez Ydígoras, apodada Maciste, mujer que vivió en un país de gente burlona, bajita y machista.


Por Juan Carlos Lemus

Alta, de mucho peso, pistola al cinto, pantalón y botas militares, a María Julia Quiñónez Ydígoras (Retalhuleu, Guatemala, 1902-1962) se le atribuye la composición de la Máter Dolorosa, un hermoso himno al flagelo que solo pudo manar de un ser con profunda sustancia religiosa, propia de los más sensibles creadores de marchas fúnebres.

 Es posible que doña Julia haya sufrido el medir casi dos metros de estatura en un país de gente bajita, burlona, machista y refundida en la última comarca de las libertades mundiales. Guatemala, el país de las maravillas...

Su autodefensa fue, sin duda, la de volverse áspera y temida. Algunos dicen que tenía cara de pocos amigos.

Según la revista estadounidense Time, del 15 de mayo de 1944, Quiñónez medía 6 pies 7 pulgadas —más de dos metros—, pero recordemos que esa revista no es precisamente un ejemplo de objetividad, sino en ocasiones un documento tendencioso, mas la citamos porque es la única publicación que se anima a dar una cifra. El caso es que era alta. Así la recuerdan quienes hoy son mayores y alguna vez la vieron caminar por las calles de la zona 1, donde vivió hasta su muerte. La apodaban Maciste.

Sabido es que muchos guatemaltecos se aficionan a poner apodos. Sobre este punto, antes de explicar por qué la llamaban Maciste, habrá que añadir que su aspecto varonil y conducta hacían que luciera distinta.  La Maciste recibió ese apodo porque su gran estatura física la asemejaba —según quien se lo haya puesto— con un personaje del cine péplum parecido a Hércules, de fuerza sobrehumana.
Desde joven se abrió campo en la administración pública. Todo surgió cuando conoció al jefe político de Retalhuleu, coronel Jorge Ubico, a quien acudió por obligación, pues su abuelo materno presentó una queja en contra de ella. Ya para entonces, Ubico tenía fama de prepotente patrón de sus territorios; sin embargo, le agradó que la joven, lejos de acobardarse, habló con franqueza contra su querellante. El resultado fue que Ubico resolvió el caso a favor de ella, que desde ese momento fue su incondicional.

Para que nos formemos una idea de la situación de la mujer en esa época, revisamos lo escrito en el libro En el trazo de mujeres (Armar Editores, 2007), de Ana Patricia Borrayo, quien asegura que para 1897 solo se habían graduado seis comadronas; en 1919, una licenciada en Farmacia; en 1927, una abogada y notaria; en 1942, una médica y cirujana, y en 1943, una licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales.

De manera que tener cargos administrativos relevantes, andar armada por las calles, ser brazo derecho de Ubico y, posteriormente, ministra de Educación Pública y secretaria particular del presidente Ydígoras, fue algo extraordinario y espinoso, seguramente, en los años de 1920 a 1962.

Los muy escasos datos escritos sobre ella están repartidos, con más o menos el mismo contenido, en el Diccionario General de Guatemala, de Carlos C. Haeussler Yela; el Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala y algunos recortes de prensa; ni siquiera hay datos disponibles en la biblioteca del Congreso, que le concedió una de las más de 700 órdenes del Quetzal que repartió Ydígoras Fuentes durante su gobierno.
Así que lo más valioso es la historia reconstruida por personas que la conocieron, o que alguna vez la vieron. Por ejemplo, doña Aura Enma Mendoza era muy niña cuando la veía, pues era amiga de la infancia de su padre, don Daniel Mendoza Morales. La recuerda como una mujer seria y de gran temple. Cuenta que, en una ocasión, su padre recibió una llamada para que se presentara en la Casa Presidencial, durante el gobierno de Ubico. Cuando llegó, temeroso porque no sabía para qué lo habían citado, fue recibido por su amiga Julia, quien lo tomó de las muñecas, a él, un hombre bajo, y comenzó a darle vueltas como se hace con los niños. Lo habían llamado para darle un puesto como asesor del presidente.

Esa escena nos obliga a reproducir algo más descrito por la revista Time, aunque parece desproporcionado; leamos: “Una vez golpeó (la Maciste) a Manuel Cubos Batres (sic), quien era apodado el Reloj, porque solía pedir un minuto de silencio para protestar por alguna causa digna. Cuando pidió el minuto de silencio contra Ubico, la Maciste lo esperó en un parque, lo puso sobre sus rodillas y le gritó: “¡Ahora vas a dejar de ser el Reloj!”, dándole nalgadas y avergonzándolo. El Reloj fue silenciado para siempre”.

Tal aseveración raya en lo grotesco, acaso en la calumnia, al referirse a Manuel Cobos Batres (1878-1953), miembro fundador del Partido Unionista y personaje político relevante, que difícilmente sería silenciado por las nalgadas recibidas sobre las rodillas de una persona en un parque público.

Veamos otro recuerdo de su apariencia: Gerardo Gordillo Barrios, quien fue ministro de Educación y, posteriormente, de Trabajo en el gobierno de Juan José Arévalo, además de presidente del Congreso, recibía a mucha gente en su casa, en la finca Altaloma, zona 16, cada 1 de noviembre o para el Año Nuevo. Su esposa era de Zacapa, por lo que llegaban muchos que se involucraron en el partido de extrema derecha MLN. Una vez llegó Julia Quiñónez, vestida como hombre: con sombrero, una chaqueta de cuero y pantalones, y con dos muchachas jóvenes. Así lo recuerda el hoy doctor en Historia Enrique Gordillo, sobrino de don Gerardo.

Además de Maciste, la apodaban Coronela y Caballón de Ubico. Ella lo sabía, pero no había quién se atreviera a decírselo de frente. Pese a ello, así como los cachorros hambrientos corren tras un buen nudo de salchichas, los niños seguían a esta mujer por las calles, riéndose de ella. Pero un día los esperó, los insultó y los apaleó. Al menos así lo dice —citamos de nuevo— Time: “En una ocasión, unos niños la siguieron por la calle, burlándose de su gran estatura. Ella se quedó un rato esperándolos y luego comenzó a azotarlos. Tan famosas fueron esas palizas, que las madres guatemaltecas todavía asustan a sus hijos con la amenaza de llamar a la Maciste (cuando se portan mal)”.

Es muy probable que su paso firme, su pistola y presencia infundieran miedo. Se sabe que tuvo un hijo, Boris Arévalo Quiñónez.
Su marcha fúnebre Máter Dolorosa es lacerante, desgarradora, acaso autobiográfica de una madre vigorosa y triste al mismo tiempo. O quizás, una mujer altamente religiosa, pero en ambos casos, un ser sensible que viaja enfundado en un cuerpo macizo. En todo caso, Julia Quiñónez fue un ser humano que hoy podemos recordar con respeto, con admiración y con gratitud, pues compuso una de las marchas más hermosas con las que contamos en la historia musical de nuestro país.

Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la ciudad y director del Museo de Historia, recuerda que la Máter Dolorosa es la marcha fúnebre oficial de Jesús de San José, para el Domingo de Ramos, y que cuando acudían las personas a escucharla decían que asistían “al macistazo”, en alusión a la Maciste, pues cuando iban a escuchar una marcha fúnebre de Chopin, decían que asistían al chopanazo.

María Julia Quiñónez pudo ser violenta o apacible; es difícil adjetivar un carácter amparado en testimonios orales. Lo cierto es que su balance de compositora de una hermosa marcha fúnebre, su pistola y botas, su vida en general tiene aspectos que roban el aliento. La estatura no necesariamente refleja el interior del ser humano. Sócrates, por ejemplo, luce feo en boca de Alcibíades quien entra borracho en el banquete, y feo se supone también a Esopo, según los cánones griegos, pero de notoria belleza interior y de grandes virtudes.

Se necesita dulzura y sustancia eterna para escribir la Máter Dolorosa. Tampoco una gran estatura implica gran sensibilidad ni gran inteligencia; es más, la belleza, según quien la mire, se encuentra en las maravillosas manos del pequeño rengo Toulouse-Lautrec.








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Algo más

María Julia Quiñónez Ydígoras, apodada la Maciste, fue agricultora, chofer de Jorge Ubico, jefa de su campaña presidencial en 1926, y desempeñó diversos cargos, entre ellos, la Jefatura de la Proveeduría Escolar.
Era prima del presidente Miguel Ydígoras Fuentes, quien le dio los cargos de directora general de Compras de la Nación, ministra de Educación Pública y su secretaria particular.
Nació en 1902 y falleció el 13 de noviembre de 1962, a los 60 años de edad. Ese año fue condecorada con la gran Cruz de la Orden del Quetzal y Santa Brígida.
Se le atribuye la autoría de la Máter Dolorosa, marcha fúnebre oficial de Jesús de San José, el Domingo de Ramos.
Etiquetas: Personajes
11 comentarios:
  1. http://img2.blogblog.com/img/b16-rounded.gif
Felicitaciones por su artículo; comparto su opinión, por que pienso que el ser humano no se juzga por su religión, indole sexual, pensamiento político y aspecto físico, si no por sus echos, buenos o malos, y si fué una mujer de caracter, hizo mas de lo que an hecho los funcionarios de los últimos tiempos.

Luis Alfredo Blanco, didepa@gmail.com
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saludos, Luis Alfredo
gracias por su comentario y coincido con usted: fue una gran mujer, sensible y muy importante para el país.
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Curiosamente me encuentro con que la dama en cuestión era artista. Mi acercamiento a la red fue por declaraciones de viejos amigos (literalmente) que mencionaron que ella era una mujer que torturaba sin escrúpulos. Algún dato sobre esto?
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Quisierea preguntarle si la marcha Mater Dolorasa fues escrita para la procesion de San Jose y de ser a si fue la señora Quiñones la que entrego la marcha a la asociacion o ellos la adoptaron como marcha oficial y por ultimo en que año se estreno en el cortejo procesional de San Jose, gracias
  1. http://img2.blogblog.com/img/b16-rounded.gif
Sin la Señora Julia Quiñones, no habria Salida del Señor de San jose, Domingo de Ramos. Esa marcha nos lleva sentimientos encontrados que todos hemos vivido, una perdida, o la dicha de un nuevo ser, en donde este la Señora Julia Quiñones, Mil gracias por habernos dejado esa Marcha, no hay Semana Santa sin esta Peculiar Marcha (MATER DOLOROSA)..
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Sin la Señora Julia Quiñones, no habria Salida del Señor de San jose, Domingo de Ramos. Esa marcha nos lleva sentimientos encontrados que todos hemos vivido, una perdida, o la dicha de un nuevo ser, en donde este la Señora Julia Quiñones, Mil gracias por habernos dejado esa Marcha, no hay Semana Santa sin esta Peculiar Marcha (MATER DOLOROSA)..
  1. http://img1.blogblog.com/img/blank.gif
Simplemente extraordinaria marcha que a quien no a arrancado un par de lagrimas por su inmenso contenido.
  1. http://img1.blogblog.com/img/blank.gif
Muy Interesante, vine a dar aqui por querer saber mas de la autora de la tan hermosa "Mater Dolorosa"..
  1. http://img1.blogblog.com/img/blank.gif
Luis Alfredo al leer esta reseña histórica sobre mi bisabuela La Maciste entendí mucho sobre mi carácter ..Soy una mujer fuerte, aguerrida, con miedos y fortalezas que nadie entiende, ahora comprendo por qué. Gracias por haber escrito sobre mi bisabuela, ahora entiendo por qué soy lo que he llegado a ser, María Fernanda Arévalo Rodríguez, hija de Boris Arévalo!!!!
  1. http://lh4.googleusercontent.com/-yGwFBzNh40E/AAAAAAAAAAI/AAAAAAAAAIo/siHmDzwoEJ0/s35-c/photo.jpg
María Fernanda Arévalo Rodríguez mucho gusto en saludarte.. Julia Quiñonez fue mi tía bisabuela, es un gusto encontrarme de alguna forma con parte de mi familia, mi abuela fue Leonor Quiñonez sobrina de doña Julia.. aunque me hubiese gustado mucho conocerla en persona, con este artículo también llegué a conocerla un poco más. Un saludo y de repente nos topamos por ahi.. =)
  1. http://img1.blogblog.com/img/blank.gif
Otra historia no oficial sobre la marcha nos cuenta que ella no es la autora, según dicen ella la hizo publica bajo su nombre. Saludando con sombrero ajeno. Respecto a su relación laboral con Ubico, le decían también la "conseguidora" por conseguir jovencitas que se antojaban al presidente, bajo engaños.



sábado, 24 de octubre de 2015

Mi opinión sobre Jimmy Morales



Jimmy Morales representa todo lo corrupto y nefasto que puede reunir la política tradicional. Se ha vendido como una imagen nueva, renovadora, como alguien que puede “sanar tus heridas”, pero sus financistas, es decir, la gente a la que desde ya le debe favores son personajes oscuros y de la vieja guardia de la política retrógrada.
A Jimmy lo apoyan personas acusadas de narcotráfico por la Cicig. Otto Pérez lo recomienda, Byron Lima dice que él es su amigo y es la mejor opción.
RT Noticias hizo una entrevista a Otto Pérez donde él se muestra como una víctima del imperialismo yanki. Ese tremendo corrupto, otrora conocido como el comandante  Tito Arias  https://www.youtube.com/watch?v=YMRHNLKzr0o, tiene que ser juzgado por crímenes cometidos durante el conflicto armado, pero desde ya -él y una camada de criminales- tiene sus esperanzas puestas en un flojo títere llamado Jimmy Morales.
Otto Pérez y Roxana Baldetti permanecieron en campaña desde que asumieron la presidencia. Se burlaron del país.  Al perder el poder, su partido PP y personajes del  Lider se volcaron a apoyar al FCN.
Simultáneamente, hay una clase de guatemalteco que ni hace ni deja hacer. No generalizo. Digo que hay una clase de guatemalteco que quiere dejárselo todo a la Cicig y a los manifestantes. Qué de a huevo. Han llegado al colmo de decir que votarán por Jimmy y si no funciona “lo sacamos”. Estoy harto de tal absurdo. Jimmy Morales se apropió abusivamente de las manifestaciones al sugerir con frecuencia que se hicieron marchas para buscar a una persona como él. ¿Y saben qué? Muchas personas lo creen, porque tienen pereza de informarse a profundidad y basan su “pensamiento crítico” en la lectura de los diarios y la radio, que a su vez tienen personajes interesados en que llegue al poder el manipulable.
Queramos o no, en enero otras personas tomarán el cargo. Y no tengo la menor duda de que Jimmy Morales representa toda la corrupción y el terror, las bandas de criminales, el racismo y el litigio mañoso. Para poner en jaque a quienes esto opinamos, que somos muchos, se difundió la idea de que cualquier cosa que se dijera en contra de Jimmy te colocaba automáticamente en favor de Sandra Torres. Y al ubicarte en esa posición te decían que se trataba de la guerrillera, la corrupta, la “vieja política”. No es necesariamente así. Mi posición es que Sandra Torres tiene que responder por su honestidad o corrupción ante los tribunales. Pero yo no me trago la píldora de los viejos políticos que fabrican la trampa para callarnos la boca. Sobre sus acciones durante el gobierno de Colom, cada cual se informe y la confronte o descalifique. Que cada quien argumente, sin pereza, en sus espacios. 
Algo que tengo a la vista que en toda esta campaña ella mostró un plan de gobierno y el otro no. Es un plan despedazable, criticable, lo que quieran, el programa puede o no funcionar, rómpanlo, pero ahí está. De este, me parece valiosa la generación de programas sociales y su énfasis en la educación  porque es lo único que puede sacar a nuestro país de la pobreza y la pobreza extrema. Sé como funcionan en Latinoamérica y sé que pueden ser útiles si no se corrompen.
Y evitar el apoyo público a cualquier candidato no necesariamente se debe a que uno tenga temor por la crítica preestablecida -ni a los amigos o supuestos amigos-, sino porque se puede errar, como sucedió la doctora Rigoberto Menchú –a quien admiro y respeto- al manifestar en 2011 su apoyo a Baldizón porque intentó así evitar que llegara al poder un genocida.Muchos se lo reprochamos. Ella aclaró su posición. Ahora ya no importa, Baldizón descansa en su casa de París, eso creo. Y el precio político fue muy alto.
Si fuéramos una sociedad normal, tendríamos candidatos idóneos y seríamos un pueblo agradecido. Pero nos han convertido en una sociedad injusta, intolerante, agresiva, que no opone argumentos sino quejas ante opiniones contrarias. Finalmente, solo les recuerdo que la película “El día de los albañiles” no refleja a los albañiles verdaderos; tampoco lo hacen “Pepe el Toro” ni “Nosotros los pobres y ustedes los ricos”. Los actores de cine no son la vida real. “Un presidente de a sombrero” es ficción, fantasía, es paja.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Espaldas Planas



Guatemala, 06 de Febrero de 2000   
 
Metropolitánicamentehablando

En Guatemala hay coliseos de lucha libre profesional, de la pura y dura, no se crea que de Titanes en el Ring
Por Juan Carlos Lemus

Habla el narrador de lucha: "¡Señoras y señores, reaparece... el peloncito de Escuintla...: ¡Pantera del Ring...!!!!!".

(Ovaciones).

"¡Aquí está tu padre!", grita Pantera del Ring a "Shangai", quien viste de negro y usa una cinta roja en la cabeza.

Enseguida aparece "El Cholero". "Perdón -dice el narrador por el micrófono-, no le digan 'Cholero', porque se enoja; es '¡El Cholo!'"; pero cuando dice esto, las más de 200 personas ya están gritándole Cholero al Cholo. Éste hace como que se enoja y gesticula retando al público.

Pantera del Ring es un técnico de más de 50 años de edad, pero tiene el aspecto de un patojo de 40. Demuestra que después de dos infartos, todavía es el mejor -así lo dijo Alberto de Jesús Aragón, el narrador.

En las peleas de lucha libre, el lío es entre rudos y técnicos. Los primeros tienen nombres tenebrosos tales como Mister Kruger, Invader, Hechicero o Sombra de la Muerte. Dan karatazos al adversario; pegan golpes bajos y el público los insulta, a cada rato. Los "enanos putrefactos", por ejemplo, quienes "fueron creados con pedazos de cadáveres", son los hijos de Frankenstain, cuyo nombre de pelea es "Los Payasos Diabólicos", dan puntapiés al peleador técnico que se revuelca sobre la lona.

Embutido en su traje de lucha libre, todo rudo muestra los músculos y grita desde el cuadrilátero: 
"¡Vivan los rudos!". 
La gente le silba y le grita, desde "sinvergüenza", hasta "¡Viva, tu madre!" o "¡Bajate del ring, idiota!".

Los técnicos son más limpios, menos golpe bajo y más llaves. Usan nombres como Musical, Cometa, Magnetos I y II, Santo de Oro, Veterinario y otros.

Los luchadores son expertos en saber caer al suelo. Pruebe usted a volar por los aires para caer encima del adversario y verá si no se rompe las costillas. Luchadores de 25 a 40 años se paran sobre las cuerdas, saltan dos metros y aplastan a su contrincante. Plangán. Truenan los panzasos.
Se dan encontronazos tan duros que sus cuerpos truenan como chicotazos. En la lucha, el ardor se hace sonido. 

Dónde pelean

Detrás de lo que antes era el cine Trébol, por donde está el mercado El Guarda y cerca de la pensión El Buen Amanecer, está el parqueo El Triunfador, allí es la entrada a la arena de lucha libre "Maya-José Azzari". Cada sábado y domingo llegan de 150 a 200 personas. Usan sillas de metal.

Kilómetros más allá, en la 17 Calle de la zona 1, está la arena Planeta de Campeones. Tiene dos graderíos de madera, de cinco tablas cada una, lo demás se ajusta con sillas.

La arena Guatemala-México está después de la línea del tren, en la zona 12, en Ciudad Real I. Tiene cuatro graderíos de siete tablas cada uno y asisten unas 300 personas. Se llena más que un teatro.

En los coliseos de lucha, la música es estridente. Mientras en uno truena un "rockón" del Kiss, a todo chillido, en otra ponen un mi" de The Beatles, Pink Floyd y ACDC; en Planeta de Campeones suena "Mami, el negro está rabioso, quiere pelear conmigo, decícelo a mi tata...".

A las arenas de lucha libre asisten señoras, niños y hombres de todas las edades. Una jornada dura más o menos tres horas. Aunque las personas saben que la pelea es de mentiras, verdaderamente se enojan con los que no son de su preferencia y verdaderamente sudan, se llenan de alegría, de ira, gritos.


"Relámpago Negro tiene más de diez puntos en la cabeza porque un día cayo de las cuerdas y se estrelló contra el suelo", dice el narrador.

Puente Olímpico, Doble Nelson, Espaldas Planas, Llavero parecerán poses del Kamasutra, pero son los nombres de algunas llaves. Son torceduras de nuca, brazos, piernas, espalda y hasta de boca. Un luchador tira a otro por el aire a las cuerdas, luego lo saca del cuadrilátero, se sube a las cuerdas y se tira sobre él, entre las sillas y el público. Plangán.

Es evidente el cuidado que los peleadores ponen en cada enfrentamiento. Usan botines, muñequeras, máscara, todo ello limpio y reluciente, léalo bien, limpio y reluciente; todo parece nuevo en cada enfrentamiento. Nada de medias rotas. Los árbitros, por su parte, también visten impecablemente.

Los más odiados por el público, en las arenas Planeta de Campeones y Maya-José Azzari, son Carlos Beltrán y Valerio Morales. Es porque éstos ayudan a los rudos. José Luis Pérez es el "buen" árbitro. Pero su "rectitud" lo hace débil y hasta injusto con los técnicos.

La lucha libre es alucinante. Si usted cree que ya lo ha visto todo en la vida, le hace falta entrar a esas galeronas de lámina y abrir la boca con cada somatón que se dan los luchadores.
Perdone que se lo repita: Si usted cree que ya lo ha visto todo en la vida, le hace falta entrar a esas galeronas de lámina y abrir la boca con cada somatón que se dan los luchadores.



jueves, 23 de julio de 2015

Si ven por ahí a Lucha díganle que lamento mucho que ya no estará en La Penúltima, columna periodística de elPeriodico en la que se mantuvo 14 años. Díganle que me gustaba leerla y que considero una verdadera estupidez que destruyan un espacio tan valioso. Y bueno, luego de este corto titular, paso a reproducir un mensaje que le dejé al pie de su última columna:

Buscaba tu columna, Lucha. Con tu salida pierde el diario y pierde la literatura crítica. En otros países, te habrían ampliado el espacio y te habrían pedido que salieras más días. Aquí, hay una cultura que desestima lo que vale. Leyéndote aprendí nuevos enfoques de temas que me interesaban. Aprendí a mirar por tu ventana y aprendí de tu manera de decir, esa manera de decir que no es la de "intentar decir". ¡Salud!

jueves, 16 de julio de 2015

Mentalidad de bonsái



De por qué usaron el Centro Cultural para un evento de moto enduro.

Por Juan Carlos Lemus

Sospecho que los chinos de Pequín inventaron a los perros pequineses. Han de haber cogido un perro recién nacido y lo metieron entre una caja para evitar su crecimiento. Tras mil ensayos, en varias décadas, los genes del animal se habrán adaptado. Han de haber aplicado técnicas como las que se utilizaban para evitar que a las mujeres les crecieran los pies. En países de Asia era considerada bella la dama de pies diminutos, por lo que desde niñas se los encerraban entre cajas de madera (parecidas a las que usan en los parques de Guatemala los lustradores).
Otro gusto por lo pequeño se evidencia en los bonsáis. Para evitar que un árbol crezca, el artista –llamémosle así- le corta las ramas y raíces secundarias y lo siembra en una maceta. El árbol intentará crecer, pero, otra vez, el artista lo recortará. Así pasarán los años. Se volverán viejos el arbolito y su torturador. El primero será el deleite del segundo.
En otras culturas todavía practican la castración para reprimir el deseo sexual. Antiguamente, a los niños les cortaban los testículos para que conservaran su voz aguda en la adultez –los castrati-; o a los esclavos para que cuidaran los harenes –eunucos-. En algunos lugares todavía cortan el clítoris a las niñas. Todas esas parecerán costumbres de países bárbaros, pero en el nuestro se practica el corte de las raíces de crecimiento intelectual. Una de las consecuencias es la malnutrición cerebral. De eso hay mucho en las universidades privadas y la pública, en el gobierno y sus tres poderes. También, renombrados académicos son incapaces de comprender algo tan sencillo como los Derechos Humanos. Tanques de cartón. Argumentan sus títulos o tercera edad para tener la última palabra, así sea la muerte y el odio. Se han nano-educado. Cuando se dice que el país necesita educación, no es solo que haya que alfabetizarlo. Pruebas hechas a egresados del diversificado indican que “74 de cada 100 estudiantes guatemaltecos reprobaron Lenguaje, y 92 de cada 100, Matemáticas”. El ministerio de Educación, a cargo de Cynthia del Águila castró la carrera magisterial. Ofreció una educación superior cuando ni siquiera la tienen preparada en la Usac.
No es por pobreza que un país es intelectualmente castrado. Cuba, por ejemplo, es pobre –aunque no tanto como Guatemala- y tiene un nivel educativo superior. Aun con eso, muchas personas –casualmente educadas entre lavadoras de cerebro- odian a ese país. La derecha sin formación arremete contra lo que le descontrola.
Por bonitos que sean los bonsáis, los pequineses, los pies, su deformación es una práctica tan violenta como la de mantener al país metido en su caja de madera.  Si alguna vez se ha preguntado por qué los estudiantes queman llantas, algunos profesionales dicen estupideces, por qué autoridades del gobierno central y municipal cedieron el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias para un evento de moto enduro; por qué la SAT quiere contratar a una empresa extranjera que le saque la tarea; por qué gobiernos como el actual cuentan con el apoyo del Cacif, de personajes oscuros y organizados, es porque todos son lo mismo y se creen artistas de la economía y del poder.
@juanlemus9

lunes, 29 de julio de 2013

Pueblo chico, infierno grande

Juan Carlos Lemus


El camino del poeta Marco Antonio Flores hacia La estación del crepúsculo, su más reciente poemario, ha durado más de 73 años. Es una larga carrera por varios países, coronado de hallazgos poéticos asentados en sus libros anteriores. Después de dar batalla, del exilio y de las frustraciones políticas y sociales, Flores llega por fin al encuentro consigo mismo. Su Poesía Completa fue editada por F&G Editores, a finales del 2010. Sus libros incluidos se titulan La voz acumulada, Viento norte, Muros de luz, La derrota, Crónica de los años de fuego, Persistencia de la memoria, Un ciego fuego en el alma y La estación del crepúsculo.

Es un libro que comentaremos de forma general, pero, antes, hablaremos brevemente acerca del autor.

Es difícil describir a los gatos. No basta con decir que tienen navajas en lugar de uñas, pelo fino portador de toxoplasmosis y un ronroneo nigromante. Hay que añadir que no tienen amo, se van de casa y retornan para estirarse en la misma guarida, entre sus mismos vahos, cada vez con mayor pereza.

Este escritor guatemalteco parece un ser ficticio, un gato calvo que va y vuelve de México a Guatemala. El exilio en los años de 1960 marcó su vida de esa manera. Nació en 1937. Es un tipo testarudo. No da la espalda ni a su sombra. Daría la vida por sus hijas. Daría la muerte por sus hijas. ¿Navajas, toxoplasma y nigromancia? Por Marco Antonio Flores responderán su obra literaria y su paso por esta tierra. Por nuestra parte, a Flores hemos de reconocerle tres cosas. La primera, que con Los Compañeros revolucionó la novela Centroamericana —bastante se ha hablado de ello como para explicarlo aquí en dos líneas—; la segunda, que si bien hoy son comunes los talleres literarios, los cuales van desde los mejor atemperados hasta los de la peor calaña, fue Marco Antonio Flores quien los retomó a su retorno, después de su exilio en México. Dos décadas han pasado y la práctica se sigue multiplicando. Tercera, que lo suyo no ha sido un simulacro de aventura. Ha sido una vocación literaria permanente, y como ser humano ha sido consecuente con él mismo, le pese a quien le pese; ha sido un hombre de dar estoques, duros y profundos. Pero, por otra parte, si bien ha sido hermético, hoy hemos de reconocerle que nos brinda su cabeza dura como la nuez, pero también la clave para partirla en dos: su Poesía Completa.

A diferencia de su obra narrativa, que mantiene un interés estructural y cerebral bien claro, su poesía conserva esa substancia nacida al margen de la intención formal. Aclaremos que tiene, evidentemente, oficio pulido y el objetivo de armar después un tomo, pero resguarda el tuétano de sus orígenes. Por eso es poesía, una procedente de un ser humano totalmente solitario. Es allí donde no hay gato encerrado ni hijas, ni hombre diestro en el arte de la desconfianza y el aislamiento, porque a Marco Antonio Flores le cuesta creer que hay vida más allá de su vecindario. O de su casa. De su estudio. Una mesa enorme con lápices bien afilados. Obras de arte, carteles que lo anuncian a él como director teatral, en la década de 1960. Libros viejos. El torso de una mujer de barro de hace mil años. Su estudio, “el típico cuarto de un viejo”, pensará su nieto, quien, según cuenta la leyenda, lo volvió dulce como el almíbar.


El poeta deja colgado su cuerpo de metro sesenta y dos en la puerta de sus corduras. Eleva los puños —que mantiene tensos, maldicientes, desde hace 73 años— y los deja caer sobre la hoja; puños que luego relaja; destraba de sí la mandíbula en pico, ese frontis con el que advierte a la sociedad de que es un gallo mayor, de buena pelea, capaz de envenenar a Dios y que está más allá del bien y del mal. Es entonces, cuando decide dar pormenores del mundo, cuando poetiza y nos muestra al hombre a bordo de su balsa de furia, llanto, con sus cuitas y angustias. Ese es el poeta. Pueblo chico, infierno grande.


De La voz acumulada hacia La estación del crepúsculo hay un reflejo de 42 años de poesía. Son textos escritos en Guatemala, México, Cuba, Praga, Francia e Inglaterra, entre 1960 y el 2002. Desde sus primeros poemas (La voz acumulada) se avizora a un Flores que indaga sobre la vida y la muerte, pero en el que aún puede más la arrogancia de sus, entonces, 23 a 26 años de edad iniciando la cuesta.


Poemas adelante, tenemos a un Flores de canto amoroso, transparente, que sufre y goza, que encuentra y desencuentra a la mujer amada; en él ya se siente (Viento norte) un aroma a verso de la revolución con sus ideales. Llega el poeta a su cénit revolucionario (Muros de luz); es tempestuoso, tiene dureza, miedo, habla de que él mismo ha minado su sepultura; se anima, incluso, a escribir un testamento. Desde su coraza otea el horizonte social. A ratos parece un enfurecido socialista, ansioso por atacar las bases de la sociedad injusta. Nos muestra quién es, de qué está hecho, lo que piensa de su pasado y lo que le gustaría hacer.


Está en el súmmum de su rebeldía. Es cuando expresa, por ejemplo, “Ese es mi padre/ diré/ cuando cague su tumba/”. Pero también aparece el poema De la esposa, acaso uno de los más profundos escritos en la historia de los amantes, no por bello ni original, sino por profundo, que vale más.


Sigue, en sus 28, en la toma de conciencia social y familiar, y se ubica en el sitio que le corresponde en el planeta. Sufre la pérdida de los amigos combatientes y surge un nuevo núcleo familiar. “La juventud se marcha/ para arriba —o para abajo—”, escribe el poeta que escala sobre cimientos de sufrimiento, miedo y coraje. Está en La Habana.


Sus poemarios La derrota —toda una épica emocional—, Crónica de los años de fuego y Persistencia de la memoria dan nuevos vistazos a bisabuelos, abuela, padres y su pasado reciente hasta el exilio. A partir de entonces es cuando se descubre, se ha quitado la máscara, empieza a Decir con mayúscula. Pero antes de concluir el libro, con La estación del crepúsculo, aporta un canto a la experimentación erótica y verbal, un juego de paladar, una cana al aire (Un ciego fuego en el alma) y un retorno a la piel. Va de los 30 a los 50 años de edad a ese ritmo hasta que entra, así, a La estación del crepúsculo, donde ya los bramidos encabronados, la tortura amorosa, la insatisfacción social, el pasado, la vida entera, todo es un punto en el universo. Lo sabe. Un sueño ha sido la vida. Consumatum est. Y podríamos acostarnos a dormir con un libro poderoso, el de Flores, recostado junto a nuestro sueño. Pero es apenas el inicio. En efecto. Su Poesía Completa es el inicio de algo más allá de lo importante. Es entonces, hacia el 2002, cuando despierta y contempla lo que había tenido ante sus ojos, toda la vida: que la vida es pequeña, que el ego
es solo un otro inoportuno. 

Es un despertar. Algo sucede en esa cabeza. Abre los ojos un Marco Antonio que deja de mirarse al espejo y se ve hacia adentro. Había visto mucho hacia afuera: mujeres, crepúsculos, países, incluso, se había visto hacia dentro de sí mismo mil veces, pero algo lo hace volver a la pregunta cavernícola, a esa que se planteó —acaso él mismo, hace millones de años—: “Quién soy”.


Ese tipo está pariendo. Es hora de empezar. Precisamente, cuando concluye sabe que es hora de comenzar. Ha llegado el momento. Hasta entonces, solo era una gota tumultuosa en el océano. Arrancada la máscara del silencio, ahora nos da a conocer ese hermoso punto de partida titulado La estación del crepúsculo.


Su Poesía Completa no incluye lo escrito posteriormente, en esta década, quizá lo conozcamos en un futuro.







El escritor

Marco Antonio Flores (Guatemala, 1937). Poeta, narrador, ensayista y periodista. Es Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2006. 
De su narrativa sobresalen sus novelas Los Compañeros (1976), En el filo (1993), Los muchachos de antes (1996) y Las batallas perdidas (1999). Además ha publicado libros de cuentos, ensayo, columnas periodísticas y obras de teatro.
Poemarios: La voz acumulada (Guatemala-México-La Habana, 1960-1963); Viento norte (Praga-Guatemala, 1963-1964), Muros de luz (La Habana-Guatemala, 1963-1967); La derrota (México-París, 1967-1970); Crónica de los años de fuego (Guatemala-México, 1972-1983); Persistencia de la memoria (México, 1986-1987); Un ciego fuego en el alma (S/F) y La estación del crepúsculo (Winterbourn Dawn, Bristol, Inglaterra-México-Guatemala, 2000-2002).
Poesía completa. F&G Editores. Colección Biblioteca Guatemala. 564 páginas. ISBN: 978-9929-552-12-8.

sábado, 18 de mayo de 2013

Breves reflexiones filosóficas en torno a @rexmamey


No sé quién habita tras el avatar.

Creo que ni siquiera nos seguimos en tuiter. No importa, ya le daré un pinchazo. Pero quiero compartir que el primer tuit que leí de @rexmamey decía: “Llegó la gosadera beibi”.
Me interesó el humor tan chapín, y por eso luego leí otros tuits suyos bien crudos. Buena chingadera, me dije, este tipo conoce el negocio, nuestro inframundo, las cantinas, los charcos, toda la cosmovisión de un estrato social guatemalteco del siglo xx y xxi bien definido, que no voy aquí a delimitar.

Creo que a eso se referían @ (¿o no fueron ellos?) cuando decían que todos llevamos un @rexmamey dentro.
Leer ciertas cosas de @rexmamey me hacían sentir dentro de un bus, de esos que echan humo negro por el ano y en los que la mara anda colgando; o encaramada en la parrilla, desde donde le silba a las chavas.
O como si estuviera yo en una esquina de cualquier mercado, hablando con cuates de esos que se rascan los huevos y escupen a cada rato.  
A ratos me emputaba.
Bien real todo.
Ahora bien,
Creo que asistimos a la gloria y mediatización de @rexmamey, porque ya le chingamos la vida. Cayó en "nuestras" redes. Cayó en esa telaraña de TL donde penden de un hilo el respeto, la tolerancia, y todas esas mierdas que –afortunadamente- profesamos.
En otras palabras, se alineó. Moderó el discurso. Hideputa.
Y no podía ser de otra manera. Pero reconozcamos que eso es lo que hace la hegemonía. Mediatizan a sus opuestos. Los premian. También es lógico porque “nosotros” (los buenos), no retuitearíamos a un racista, xenófobo, machista, maldito etcétera. Lo que pasa, es que el paquete traía de todo.
Yo odiaba algunos de sus tuits y por eso me divertía. Ahora que se cuida, pues ya no es muy @rexmamey que digamos.
Moderar al @rexmamey es como volver delicada la palabra puta; como volver el baile callejero un baile de salón, o como intentar convertir el rap en una disputa celebrada entre damas y caballeros.
Como sea, larga vida al primer hideputa @rexmamey