Guatemala, 06 de Febrero de 2000
Metropolitánicamentehablando
En Guatemala hay coliseos de
lucha libre profesional, de la pura y dura, no se crea que de Titanes en el Ring
Por Juan Carlos Lemus
Habla el narrador de lucha: "¡Señoras y señores,
reaparece... el peloncito de Escuintla...: ¡Pantera del Ring...!!!!!".
(Ovaciones).
"¡Aquí está tu padre!", grita Pantera del Ring a
"Shangai", quien viste de negro y usa una cinta roja en la cabeza.
Enseguida aparece "El Cholero". "Perdón -dice
el narrador por el micrófono-, no le digan 'Cholero', porque se enoja; es '¡El
Cholo!'"; pero cuando dice esto, las más de 200 personas ya están
gritándole Cholero al Cholo. Éste hace como que se enoja y gesticula retando al
público.
Pantera del Ring es un técnico de más de 50 años de edad, pero
tiene el aspecto de un patojo de 40. Demuestra que después de dos infartos,
todavía es el mejor -así lo dijo Alberto de Jesús Aragón, el narrador.
En las peleas de lucha libre, el lío es entre rudos y
técnicos. Los primeros tienen nombres tenebrosos tales como Mister Kruger,
Invader, Hechicero o Sombra de la Muerte. Dan karatazos al adversario; pegan golpes
bajos y el público los insulta, a cada rato. Los "enanos
putrefactos", por ejemplo, quienes "fueron creados con pedazos de
cadáveres", son los hijos de Frankenstain, cuyo nombre de pelea es
"Los Payasos Diabólicos", dan puntapiés al peleador técnico que se
revuelca sobre la lona.
Embutido en su traje de lucha libre, todo rudo muestra los
músculos y grita desde el cuadrilátero:
"¡Vivan los rudos!".
La gente
le silba y le grita, desde "sinvergüenza", hasta "¡Viva, tu
madre!" o "¡Bajate del ring, idiota!".
Los técnicos son más limpios, menos golpe bajo y más llaves. Usan nombres como
Musical, Cometa, Magnetos I y II, Santo de Oro, Veterinario y otros.
Los luchadores son expertos en saber caer al suelo. Pruebe
usted a volar por los aires para caer encima del adversario y verá si no se
rompe las costillas. Luchadores de 25
a 40 años se paran sobre las cuerdas, saltan dos metros
y aplastan a su contrincante. Plangán. Truenan los panzasos.
Se dan encontronazos tan duros que sus cuerpos
truenan como chicotazos. En la lucha, el ardor se hace sonido.
Dónde pelean
Detrás de lo que antes era el cine Trébol, por donde está el
mercado El Guarda y cerca de la pensión El Buen Amanecer, está el parqueo El Triunfador,
allí es la entrada a la arena de lucha libre "Maya-José Azzari". Cada
sábado y domingo llegan de 150
a 200 personas. Usan sillas de metal.
Kilómetros más allá, en la 17 Calle de la zona 1, está la
arena Planeta de Campeones. Tiene dos graderíos de madera, de cinco tablas cada
una, lo demás se ajusta con sillas.
La arena Guatemala-México está después de la línea del tren,
en la zona 12, en Ciudad Real I. Tiene cuatro graderíos de siete tablas cada
uno y asisten unas 300 personas. Se llena más que un teatro.
En los coliseos de lucha, la música es estridente. Mientras
en uno truena un "rockón" del Kiss, a todo chillido, en otra ponen un mi" de The Beatles, Pink Floyd y ACDC; en Planeta de Campeones suena
"Mami, el negro está rabioso, quiere pelear conmigo, decícelo a mi
tata...".
A las arenas de lucha libre asisten señoras, niños y hombres
de todas las edades. Una jornada dura más o menos tres horas. Aunque las
personas saben que la pelea es de mentiras, verdaderamente se enojan con los
que no son de su preferencia y verdaderamente sudan, se llenan de alegría, de ira, gritos.
"Relámpago Negro tiene más de diez puntos en la cabeza
porque un día cayo de las cuerdas y se estrelló contra el suelo", dice el
narrador.
Puente Olímpico, Doble Nelson, Espaldas Planas, Llavero parecerán poses del Kamasutra, pero son
los nombres de algunas llaves. Son torceduras de nuca, brazos, piernas,
espalda y hasta de boca. Un luchador tira a otro por el aire a las cuerdas,
luego lo saca del cuadrilátero, se sube a las cuerdas y se tira sobre él, entre
las sillas y el público. Plangán.
Es evidente el cuidado que los peleadores ponen en cada
enfrentamiento. Usan botines, muñequeras, máscara, todo ello limpio y
reluciente, léalo bien, limpio y reluciente; todo parece nuevo en cada
enfrentamiento. Nada de medias rotas. Los árbitros, por su parte, también
visten impecablemente.
Los más odiados por el público, en las arenas Planeta de
Campeones y Maya-José Azzari, son Carlos Beltrán y Valerio Morales. Es porque
éstos ayudan a los rudos. José Luis Pérez es el "buen" árbitro. Pero
su "rectitud" lo hace débil y hasta injusto con los técnicos.
La lucha libre es alucinante. Si usted cree que ya lo ha
visto todo en la vida, le hace falta entrar a esas galeronas de lámina y abrir
la boca con cada somatón que se dan los luchadores.
Perdone que se lo repita: Si usted cree que ya lo ha
visto todo en la vida, le hace falta entrar a esas galeronas de lámina y abrir
la boca con cada somatón que se dan los luchadores.
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